Mi primera conversación con un cuadro

Hemos preguntado en el primer día de reunión del grupo sobre la toma de conciencia en la infancia de lo que era  un cuadro o una obra (un objeto que representa una realidad) y sobre  el impacto que nos produjo la observación del mismo. 
Hablaré aquí de mi experiencia. Me recuerdo sujetando un enorme libro del Museo del Prado sobre las rodillas, con pocos años, encorvada y absorta en una imagen: Saturno devorando a sus hijos de Goya. Brutal. Inconcebible, inabarcable aun día para nuestras conciencias adultas. ¡Cuantas preguntas se agolparían en mí sin posible explicación! Me pregunto de qué modo impactaría en mi ser pequeño y blandito (¿comestible?: que viene el papá-coco y te comerá, lara-lá). ¿Qué parte de mí cuerpo, de mi alma se petrificó ante esta imagen?
Y al tiempo, ya sabéis…esas preguntas infantiles tan técnicas… ¿cómo es que empezó por la cabeza?…¿cómo se mastica un cráneo? Y demás asuntillos culinarios.
¿Cuál fue la primera obra, pintura, imagen, que recuerdas que te atrajera?  ¿qué te decía? ¿qué hacía que la miraras una y otra vez?

Comentarios

  1. Era la época de la carta de ajuste y de la siesta obligatoria y los libros se convirtieron en el principal entretenimiento. En concreto "El gran libro de la pintura", que hojeaba de principio a fin una y otra vez, y nunca me cansaba.Mi deseo era,no se si tenerlos o si pintarlos para así tenerlos, o solo mirarlos por el disfrute de mirarlos. En especial las santas de Zurbarán, con aquellos vestidos de telas de Damasco de seda que casi las podías tocar, yo me decía a mí misma: "yo quiero un vestido así". Con lo que a mí me gustaba disfrazarme!.
    Enhorabuena Luisa por este recién nacido blog. Espero que su camino sea largo y rico en aventuras y descubrimientos!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pilar, que precioso relato. La carta de ajuste y la siesta obligatoria, qué mío también, jajaja.

      Pintar para tener (poseer, hacer tuya la realidad que deseas). Qué gran tema… uf… por favor, vamos a hablar de eso. Es telita damasquinada. ¡Anímate a hacer una entrada!
      Gracias por compartir tus recuerdos.

      Eliminar
  2. Una de las pinturas que más me impactaron de niño fue "Los fusilamientos del tres de Mayo" de Goya. Yo veía cosas absurdas: El gorro militar de uno de los soldados franceses me parecía el de un ama de casa. La distancia desde la que disparaban cobardemente pequeña y la actitud corporal de uno de los fusilados un poco histriónica cuando debería estar solo acojonado...enfin un cuadro que lejos de asustarme me dejaba perplejo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es curioso cómo los niños filtran la realidad. Tienen modos de ver personalísimos porque carecen de referencias vitales y culturales que les tallen a semejanza de todos. Emanan sus verdades de la observación directa y atentísima de la vida. Nada hay anestesiado en esa mirada, todo le está diciendo algo aunque no lo entienda y el niño/a aprende a interpretar anclando en lo poco (su todo) ya conocido, para seguir armando su estructura interpretativa de la vida, porque no hay manera de vivir sin interpretar:…y qué hace ese militar con sombrero de mujer…, y estos personajes no están dispuestos según bebería ser para la ocasión del fusilamiento. Y tenías razón. Eso no pudo nunca ocurrir así. De adultos aprendemos a mirar según nos indican y hasta pensamos que los cuadros muestran la realidad.
      La mirada perpleja ante la representación de la realidad que no encaja. ¡Qué bonito! Gracias.

      Eliminar
  3. Mis primeros recuerdos sobre pinturas y pintores tienen un nombre: Murillo. Aquellas postales de la Immaculada, de la Familia con el niño..., esos colores en sus ropas.....
    Cuando llegué a Madrid una de las primeras cosas que hice fue ir al Prado, tenia que ver los Murillos; me emocionaron, me gustaron (logicamente) mucho mas

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. También guardábamos fotos de revistas (pequeños tesoros) en carpetas de cartón azul, y las ilustraciones de almanaques con floreros barrocos o paisajes lejanos colgaban enmarcadas en la pared de gotelé.
      Es difícil imaginar ahora el poder de estas estampas. Hubo tiempos en que eran casi las únicas reproducciones de obras al alcance del público. Entonces Murillo era el rey del merchandising religioso porque sus imágenes de la Virgen fascinaban. Impactantes cuadros al natural y tamaño real, nubes abiertas, torbellinos de angeles…
      Gracias por compartirlo.

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares