Jugando a enfoque único. George Grosz y Meidner



En  coaching hablamos de enfoque único cuando tenemos una visión limitada de la realidad por considerar que nuestra visión es la correcta. Podemos decir por ejemplo: la vida es así, tú no entiendes,  y usaremos entonces expresiones como nunca, siempre, jamás, etc.
En la visita al Thyssen trabajamos sobre una propuesta sencilla y de resultados sorprendentes. Jugamos a reducir nuestra visión como si fuéramos observadoras con enfoque único, y para ello vimos algunas obras a través de un tubo que hicimos con una cuartilla enrollada. Apreciamos la realidad a través de un visor que reduce el campo de observación.
Se trata de jugar con esta idea: seleccionar una parte pequeña del cuadro para construir así una obra nueva, esta vez hecha por ti. Mi cuadro dentro de un cuadro. Desaparece el contexto y, al aislarlo, el “minicuadro” es ahora  una obra en sí misma con su contenido, su mensaje y un nuevo autor o autora que se expresa a través de su obra apropiada o encontrada.

Estos son algunos ejemplos con  los títulos:


Metropolis. 1917. George Grosz

Nos hemos detenido especialmente en este cuadro pintado en medio de la 1ª GM  para indagar qué hay detrás de todo ese barullo, de tanta información confusa, caótica en principio. Sin embargo, al dedicarle tiempo observamos lo geométrico de la  la composición. La gran farola divide en vertical dos perspectivas acusadas de calles que parecen chocar en ella.
Y, por otra parte, horizontalmente la zona inferior está dominada por un caos de cuerpos en movimiento alocado, -parecen montañas de cuerpos- decía alguien, donde la velocidad y la admiración por la maquina aparece reflejadas en la mecanicidad de los movimientos humanos, casi coreográficos, y en la velocidad de los tranvías. 
En la  zona superior, sin embargo, la humanidad da paso al reino de la arquitectura gloriosa, al lujo de los hoteles y la vida iluminada por grandes letreros de publicidad. El reino de los cielos es, a partir de ahora  que Dios se ha olvidado de Europa, suplantado por el dorado  mundo del marketing. Y toda la ciudad se levanta roja, bañada en la sangre de inocentes jóvenes que mueren en la guerra y mantienen la hipocresía de la civilización.  
De todo ello nos dan cuenta Pilar Bordonado y Juana Benitez con la elección de sus obras dentro de esta: 


Pilar Bordonado. El buen samaritano
Una persona se detiene a ayudar a alguien que tropieza.


Juana Benitez. La muerte huyendo de sí misma
El coche fúnebre de caballos guiado por la muerte.















Juana Benítez. La buena vida
El lujo, el consumismo en la parte alta del cuadro. En oposición al anterior, la cerradura que abre a la libertad, el amor, el sol, Benz, el progreso...


Hay un cuadro en la Thyssen que está pintado tres años antes que este. Premonitorio de la guerra que estaba a punto de empezar muestra una casa que se está tambaleando. Una casa donde los elementos han perdido su rigidez. Es un símbolo de la humanidad cuyas invalidas estructuras están a punto de sucumbir. Carmen Ventosa eligió esta parte de él.   



La casa de la esquina 1913.Ludwig Meidner

Inquietud. Carmen Ventosa

























































Comentarios

  1. Tal vez sería interesante tener los cuadros de referencia

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí , Juana. Tienes toda la razón. Voy a rehacer la entrada para que se vean por separado y podáis comentar las obras independientemente. Soy una torpe para esto de editar, jajaja.

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares