A Tamara de Lempicka. Por Anabel de la Rosa

CON OTRA MIRADA 


Querida Tamara, allí donde estés te imagino en tu soledad de niña con esos padres ricos viajando y dejándote sola un día y otro y otro...
Imagino verte embarazada y comprender que la única posibilidad de salvar a tu marido y a esa niña era acostarte o mantener esas relaciones para poder liberar a tu marido de su cautiverio, y huir así de esa Rusia inhóspita que te echaba a gritos, ¡huir de tu patria !.
Te imagino en París teniendo que salir al paso de una vida dura, pues llegaste sin nada y tenías que alimentar a una hija y a un marido que se negaba a trabajar.
Es fácil juzgarte y criticarte desde nuestras comodidades, pero no quisiera estar en tu pellejo, por lo tanto admiro y honro tu capacidad de utilizar lo único que sabías, lo único que te habían enseñado : la elegancia  y el glamour, y gracias a ello ayudarte a conquistar París. Y digo ayudarte porque no lo conquistaste con tu elegancia y tu caché, sino con tu arte. Lo otro solo fue un medio para entrar en sociedad, pero lo verdaderamente valioso en ti era tu pintura y tu trabajo, porque sin ella no hubieras conseguido nada.
Pintura realmente buena,a mi me encantan tu obra, Tamara, tus cuadros son ciertamente de altura y especiales. Sé que lo son aunque las envidias hayan podido decir en cualquier momento que no lo eran.  Yo considero que tu arte es único y distinto.
Te imagino nuevamente arrastrando a tu marido y a tu niña y creando una nueva vida en América. 
Te podrán criticar por todos tus excesos, que realmente fueron muchos, pero ¿bajo qué juicio, querida amiga?
Me encantaría hablar contigo y preguntarte qué sentía realmente tu corazón. Tú naciste en un mundo, el mundo de la riqueza, el lujo y la opulencia, esto fue lo que mamaste y recibiste y no  renunciaste a ello, decidiste trabajar y mantenerte en este mundo, que era tu cuna. Aunque este no sea mi mundo y ni siquiera podría sobrevivir en él, puedo respetar tu decisión, es más, admiro tu capacidad y tú valentía, y sin embargo presiento debajo de ellos un profundo dolor, y hablas claramente de ese dolor en cuadros como “Los refugiados” o “ La fuga”, en donde te veo sin duda con tu hija y tu tristeza a cuestas, en esa fuga que marcaría profundamente tu vida para siempre.
No te preocupes, seguro que muchos de los que te criticaron y denostaron no tenían mucha idea de lo que era el arte, es fácil criticar, encasillar, sacarte y dejarte fuera por un tiempo, pero la historia ha visto en ti una muy buena pintora,  yo también veo en ti una verdad, una verdad femenina, una verdad valiente y rompedora.
¿Aquellos que te critican serian capaces de salir de aquella Rusia bajo tus circunstancias y en esa época,  salir de París en esos tiempos, posicionarse como tú lo hiciste y llevar a cabo la obra que hiciste?
Que nadie olvide las horas y horas y horas de dedicación a pintar cuadro tras cuadro, el trabajo que avala esas riquezas que te ganaste.
Me encantan tus grandes figuras con esa tremenda fuerza, y lo que para algunos significa frialdad puede que no fuera otra cosa que el dolor y el vacío de una mujer que no pudo tener una vida cálida y familiar , y que tuvo que huir de dos guerras. La historia te colocó en un periodo en el que se requerían valentías que rozaban la heroicidad, y tú supiste estar a la altura.
No puedo olvidar que tus desmadres, riquezas y ostentaciones probablemente no sean más que una careta que tapaba tu dolor y tu sufrimiento, y de esto dicen mucho las miradas de las chicas de tu cuadro “The young girls” , o la frialdad gris y retorcida de “ La bella Rafaella”, y ¿qué me dices de esas lágrimas de la “Madre superiora”? ¿No serán esas las lágrimas que no te permitias llorar y por eso te acompañaba siempre ese cuadro contigo?
Tu papel a favor de la mujer está dentro de los episodios más importantes y significativos de la vieja Europa y América, y no debería de pasar desapercibido por ninguna mujer .Hay una deuda que te debemos. Fuiste valiente y dijiste a todos con tus hechos biográficos que la mujer tenía un lugar dentro del mundo y la cultural, y que podía estar allí si lo conquistaba con sus acciones, con su trabajo y con su valía artística. Bravo por tus capacidades.

Gracias, Tamara, por las puertas que nos abriste a las mujeres, a la bisexualidad , a la libertad femenina...
Gracias por saber mantenerte ahí, gracias por saber defender muchos de los valores femeninos ,gracias por defender a la mujer aunque sea en esas esferas del lujo y la riqueza, de las que yo me retiro, pero en las que seguramente sea mucho más difícil estar, y tú estuviste y supiste hacerlo con tu particular elegancia y tu clase única.
Nos ha quedado tu obra que habla por sí misma ,no importa que critiquen, tú eres toda una artista ,Tamara, y por eso estás entre los mejores, porque si no fuera así hoy no hubiéramos podido disfrutarte en Madrid. Gracias.

Comentarios

  1. Anabel me encanta tu carta a Tamara. Me asombra como te has empapado de la exposición, cómo empatizas con la artista, cómo la "defiendes", cómo la admiras. Muy bonita. Gracias

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