Seduzco, luego existo. Tamara Lempicka


Autoretrato: Woman in the Green Bugatti (1929)
Pieles esmaltadas como los metales del Bugatti verde de su autorretrato que con sus parpados deja caer la imagen de la nueva mujer independiente, elegante y liberada sexualmente.
Su arte es tan luminoso… colores puros, brillos tornasolados, un celofán  que envolvía una sociedad perturbada. Retratar la belleza de lo superficial, del materialismo y la decadencia de los personajes adinerados, sus clientes. Gracias a ello reconquistó el nivel social que el comunismo le había arrebatado.  Gana muchísimo dinero al tiempo que construye su personaje que la distingue  de todo lo ordinario. Rompiendo las reglas de normalidad consigue mantener la expectación de la gente. Trabajaba tan duramente en su imagen pública -poniendo su afán en despertar envidias, admiración, extrañeza, desconcierto o sorpresa- como en su esmerado trabajo artístico.   
fotografia
The Convalescent1932



Mujeres bañandose
Mujeres bañándose .1920


Los años veinte la encumbraron como la mujer más elegante de París. Trabajaba incansablemente por la noche después de llegar de fiestas que la merecieran o tugurios  nocturnos donde ligaba todo lo que se moviera. Gracias a la cocaína podía mantener esa frenética velocidad para satisfacer a amantes y a ricos clientes que deseaban un retrato de tan divina artista. Supo mezclar astutamente el retrato tradicional con técnicas de publicidad, iluminación fotográfica, poses de cine  y  vistas de la arquitectura de las grandes ciudades. De este modo los egos dialogaban a sus anchas, ella se encumbraba en su individualidad fascinante  y a cambio les devolvía retratos que les engordaban.
Lempicka tuvo relaciones  con actrices, prostitutas, embajadores o marineros. Bebió con reyes depuestos y organizó fiestas colosales donde se comía caviar servido sobre cuerpos de chicas desnudas. 


Retrato de un hombre 1928
Su marido se buscó la vida abandonándola por una convencional y rica heredera antes de que ella acabara su impresionante retrato. La mano donde debía aparecer el anillo de bodas aparece abocetada.














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